Dios tiene poder. Sólo que nosotros somos débiles en la carne. Y eso nos lleva a debilitarnos en el espíritu.
Luego nos desanimamos y ya empieza a fallar la fe en nuestras vidas!!!
No lo hacemos a propósito. Pero es algo tan sutil que sin darnos cuenta hasta dudamos de nuestra fe en Dios.
A mi me pasó muchas veces. Y es que justamente somos de carne y hueso. Es inevitable dudar muchas veces en nuestro desierto personal.
Pero Dios no deja de existir por más que dudemos!!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario